domingo, 23 de septiembre de 2012

Día 5: Castilla la vieja, Castilla la bella

De Villafruela a Sasamon. Seguimos recorriendo carreteras sin uso y pueblos vacíos, pero llenos de flores, cuevas bodegas de vino y majestuosas iglesias. Las iglesias de los pueblos burgaleses son más grandes y ornamentadas que las humildes iglesias de los segovianos. Yo diría que son desproporcionadas para el pequeño tamaño de estos pueblos. Y no se si la diferencia se debe a que Burgos era una provincia más rica, más católica o ambas cosas. Maldita incultura.
Sin ser yo una gran admiradora de estos edificios de culto he de decir que son muy bonitas, tanto como estos pueblos.
Hoy hemos rodado muy rápido, pendiente y viento a favor la mayoría del tiempo. El cielo cada vez más oscuro nos ha hecho parar en Villaldemiro al resguardo de un frontón techado. En este bonito pueblo si había bar pero estaba cerrado por vacaciones. Unos cuantos de sus vecinos de fin de semana nos han invitado a vino casero y cangrejos de río que acababan de pescar en el Arlazon. Los estaban cocinando en una de las muchas cuevas que hay en estos pueblos y que son bodegas donde conservar el vino. Algunas de estas cuevas están muy arregladas y además se usan como hornos, comedores familiares... Han sido muy amables con nosotros pero a mi los dos culines de vino me han dejado muy mareada.
Tras dejar pasar el mareo y según creíamos la tormenta, hemos seguido pedaleando.... A Sasamon hemos llegado calados hasta las bragas... por haber olvidado los pantalones de agua en casa... Otro pueblo que merece una buena visita.  Hoy nada de acampada, casa rural, ducha y colada.



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