martes, 25 de septiembre de 2012

Día 6: el viento vuelve locas a las personas

Siempre que hace viento pienso en la frase que dice Raimunda (Penélope Cruz) en la película Volver mientras visita la tumba de su madre: el viento vuelve locas a las personas. En la Patagonia hay ruinas de asentamientos españoles que llegaron para criar ovejas y abandonaron por culpa del viento. De todos los fenómenos meteorológicos posibles, el viento es una auténtica locura.

Cuando tienes que pedalear incluso cuesta abajo ya sabes que el día va a ser duro. Y entonces todo duele más. El cuello, los hombros, el culo... ufff, pobrecito mi culo.
Aún así esta sexta etapa ha tenido momentos en los que olvidar el odioso viento. De nuevo bonitos pueblos, como Villadiego, o una comida casera de lujo en el único bar de Humada y la charla con los parroquianos del lugar.
Si pasáis alguna vez por Humada no dejéis de parar en su bar, seguramente el bar más acogedor de España. En un momento nos han preparado unas tortillas de chorizo y una ensalada con productos de su propia huerta realmente deliciosa. Quizás gracias a esta comida y a lo agustito que estuvimos allí, subimos sin problemas el puerto que comenzaba a sólo medio kilómetro de Humada.
Hoy el paisaje ha cambiado drásticamente. La tierra se ha plegado y ha dejado al aire paredes de piedra caliza que fueron fondo de mares en otros tiempos. De ahí la cantidad de fósiles cogidos en esta zona que tenían en el bar. Cada vez hay más árboles y menos sitio para el cultivo debido a la pendiente. Según nos han contado, aquí la vida es más dura que en la.meseta que dejamos porque es más difícil cultivar y porque en invierno hace mucho frío.
A 11 km de Aguilar de Campo, ya en Palencia, salimos a la nacional que viene de Burgos y en menos de 4 km nos damos cuenta de que no podemos circular por ahí. Cada vez que pasa una camión tengo que apretar la bici contra el suelo para evitar que el viento que mueven no me tire al suelo. Saliendonos a unos caminos llegamos a Villallano y aquí nos quedamos. Mañana dan lluvia así que aprovecharemos para hacer jornada de descanso, que falta le hace a nuestras posaderas...
Aguilar de Campo está a sólo 3 km y allí vamos a por víveres para nosotros y para Pirata. Este es el pueblo de las galletas, un pueblo bonito y feo al mismo tiempo.




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